domingo, 10 de abril de 2011

HISTORIAS DE UN REINO LEJANO

Había una vez un reino en un lugar muy, muy lejano donde la gente vivía muy feliz en una burbuja color rosa, estudiando desde pequeños las anécdotas e historias de sus héroes que libraron grandes batallas para hacer del terruño, el lugar feliz que era. Historias de niños heróicos que dieron su vida defendiendo su colegio de la invasión de un terrible enemigo, o la historia del bandolero convertido en caudillo que “invadió” al país vecino o la historia del buen presidente errante, por nombrar algunas.
En este reino, el rey conocido como el “Hermoso” provenía del clan de los panaderos igual que su antecesor el rey “Zorro”.  Antes de estos dos, reinaban los del clan del PRI que significa País Recientemente Industrializado. Muy recordado por haber  obsequiado a sus súbditos impuestos por tener automóviles o defender la moneda como perros aunque eso es en este momento irrelevante. 
Parte de los beneficios de vivir en el reino de la felicidad, es que habían muy buenos programas en la televisión; historias "engrasadas" por supuesto, basadas en hechos reales, que le daba a los habitantes esperanzas. Estas historias llamadas telenovelas mostraban la mera "neta del planeta" es decir; que las criadas podían volverse princesas o mínimo ser ricas herederas perdidas y que a los malos siempre les daban su merecido. En este reino vivía gente feliz ya que siempre había un “mañana” o un “al rato” para hacer las cosas. En otros lugares eso se llamaba procrastinación, pero no en este. En este feliz lugar, esto se llamaba “Si se puede”.
Como en todo cuento de hadas, había malvados que querían acabar con el rey. Uno de ellos, un oscuro (por moreno) personaje llamado el Pejelagarto que buscaba llegar al trono acompañado de fieles súbditos como “El hombre de las ligas” o un extraño ser de copa amplia, densa y redondeada conocido por su nombre científico “Quercus ilex” entre otros.  Sin embargo, en este reino se podía contar con tribus cuyo apoyo estaba en venta para el mejor postor, sin importar que clan estuviese gobernando. Algunas de esas tribus eran la de “los niños verdes” o la de los sabios, que era comandada por una duende/elfa conocida como la “Chucky”
En este maravilloso reino, la gente veía con pena lo que sucedía en otros lugares que llevaban entre 95.568 y 104.266 personas muertas por invasiones a otros países en una guerra terrible. Pero no pasaba nada, luego cambiaban el canal para adivinar el precio y se les olvidaba. Sin embargo, un día algo sucedió y las cosas cambiaron. De la noche a la mañana el reino de la felicidad tenía 34 mil 612 muertos y estaban enfrascados en el equivalente a una guerra. La gente se empezó a desesperar, ¿Cómo llegamos a esto? muchos se preguntaban mientras compraban su disco o película favorita con su pirata de confianza. -¡Es una barbaridad!- Decían las señoras que ya no podían, con calma, escoger sus bolsas o lentes réplica idéntica de los originales por que una bola de ambulantes se les acercaban para ofrecerles artículos nacos de baja calidad. Los ánimos se empezaron a caldear y muchos comenzaron a cuestionar las decisiones del rey.  Se reunían y vociferaban - ¡Tenemos que hacer algo! ¿Pero qué? – Pidámosle ayuda a nuestro Tío Sam.- exigían unos - ¡No! ¿Y nuestra soberanía? – Gritaban otros quienes culpaban al tío y a los primos de los males que agobiaban al reino. Todos hablaban. Algunos se rasgaban las vestiduras pero nadie ofrecía soluciones congruentes. Sin embargo,  un influyente grupo planeaba una estrategia: –En una de las comarcas hay un hermoso príncipe con un cabello ¡fenomenal! Que incluso dicen, ha encontrado a su princesa al besar a una gaviota.- Comentaban los eruditos del grupo en voz alta  -Bueno, ¡Definitivamente es más estético que besar a una rana!-  Interrumpió diciendo una encopetada dama entre los ahí reunidos. -Y mucho más televisivo.- Apuntó otra de las damas presentes. Así entonces inició el plan de llevar al reino, de vuelta a la felicidad.

ESTA HISTORIA, CONTINUARA……

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