viernes, 19 de diciembre de 2014

Esa gente tóxica -Editorial para The Yucatan Times-

Esa gente tóxica
-Editorial para The Yucatan Times-

Todos conocemos al menos a uno. Esa persona que parece disfrutar de la miseria, la angustia, la amargura o la inestabilidad de los demás. Esa persona a quién cuando saludas en la calle o una reunión social -“¿hola cómo estás?”- Viene siempre una respuesta que va desde un simple -“No muy bien”- a un -“¿Haz subido de peso?”- o una desagradable historia sobre alguien que conocemos en común.
A esas personas tóxicas, en lo general, de una u otra forma los podemos evitar, sin embargo, el verdadero problema llega cuando la toxicidad viene de alguien sumamente próximo, como una amistad o un miembro de nuestra familia y dado que estamos en fechas de celebración, lo más probable es que tengamos que verlos, soportarlos o lo que es peor, caer en su juego, dejándonos arrastrar por la negatividad que emanan.
Pocas cosas son tan desagradables e incluso dolorosas como cuando nuestra propia familia o una amistad cercana son nuestros más implacables críticos y enemigos anímicos.

Por lo anterior, utilizando el método filosófico de la observación  he creado una pequeña pero eficiente lista de “especies” a evitar y las he categorizado según mi propio criterio científico que no tiene validez alguna. Esas personas son:

1.- EI (La) odia-todo.
Aquella persona que odia las fiestas decembrinas, patrias, festivales, carnaval (bien, acepto que yo odiaba el carnaval cuando estaba en Paseo Montejo pero ese es otro tema…) finales de fútbol, béisbol, evento cívico o social y que siempre tiene un comentario, en términos generales nada agradable para la gente que a diferencia de él o ella, encuentra la manera de pasarlo bien. Esta especie, por lo general, es endémica de la barra o lugar donde se encuentre el alcohol.

2.- El (La) Olímpico(a)
Aquella persona que sin importar lo que uno le cuente, él o ella ha vivido una experiencia o ha estado en una situación, SIEMPRE mejor o peor, pero SIEMPRE más grande que la que la que uno comparte. Si uno comenta que cocinando la cena de navidad se quemó el dedo, El/La Olímpico(a) responderá:
-Si tú supieras… ¡Yo me quemé la mano completa!...- Arrancándose con su historia, siempre grandilocuente, pomposa y mayor que uno estaba conversando. A esta especie, la encontramos en múltiples hábitats, siendo su favorito el Facebook donde por lo general, es lugar de sus múltiples discusiones bizantinas o intercambios de experiencias.

3.- La víctima.
Para esta persona todo está mal, todo es un problema, la situación está enconada, difícil, estéril. Este tipo de persona disfruta, quizá no de una manera consiente,  que los demás sientan pena, lástima, compasión o algo por el estilo hacia su persona. La realidad es que en términos generales, a todos ¡nos vale madre! Y no es falta de empatía, simplemente que todos ya de por sí tenemos problemas para además soplarnos los de otros.
En su muro de Facebook, encontrarás posteos acerca de lo triste que se encuentra, una selfie donde sale HORROSO(A) esperando que alguien le ponga -“Amigo(a) que bien te ves”- cuando todos, TODOS sabemos que nadie lo(a) tocarías ni con la mano de su enemigo.

4.- El/La Piadoso(a)
Siempre iniciando su punto con un: “Oye… me enteré que las cosas no han estado muy bien” “Siento muchísimo que hayas perdido tu trabajo” o cualquier cosa comparativa nunca positiva del tipo: - “Tu hermano, primo, suegro, entenado etc… tan exitoso y tú siendo tan buena persona, pasándola tan duro”- o lo que sea que haya acontecido en tu vida y que sabe de oídas. Esta especie es muy fácil de reconocer de tal forma que uno puede emprender la graciosa huída ya que es de quién recibes, por mail o Whattsapp esa cadena de “Los milagros de la Reliquia del Santo Prepucio de Jesús” que no puedes romper (so pena que si no lo mandas a todos tus contactos, TODAS las maldiciones habidas y por haber caerán en ti) ya que es para acabar con el hambre de los niños en África. En su Facebook postea cosas como: “Si crees que Cristo te ama, dame like” o en su defecto, subirá algo relacionado con la niña Elisa en la versión mexicana (Elisé en la francesa) a la que secuestraron en 2003, que en la versión 2007 necesita un riñón o que en la versión del 2009 la usaron para acarrear droga (siempre la misma foto).
Está a favor de los animales (digo yo también, pero no tapizo mi muro) y organizaciones pro perros, gatos, delfines, ballenas, focas, toros, loros, tigres, leones o niños maltratados Es la primera persona en ir a misa los domingos y hablar de la caridad cristiana para darse vuelta y lo que sea le hayas contado, lo convierta en toda una historia… la nueva versión de “Titanic”.
 
5.- El (La) Informado(a).
Nadie sabe más, conoce más o está mejor enterado de la vida, obra y milagro de la familia, cuadra, escuela, sociedad de padres de familia negocio, iglesia, club social y gimnasio que él(la) informado(a).
Su frase favorita es siempre: “¿Te enteraste/sabías que?”... y va el cúmulo de información no solicitado de las desgracias, arrumacos y encamadas (o descamadas) divorcios, arrejuntes, quiebres o tribulaciones de la gente que conocen en común o no… El punto es “enterarte” que no es lo mismo que ser chismoso. Esta especie se maneja por Whattsapp y privados de Facebook o Twitter ya que es renuente a obrar abiertamente.

Por lo anterior, en lo personal, he decidido dos cosas.
La primera, es que si soy uno de los antes mencionados, es momento de dejar de serlo.
Segundo. En esta navidad y lo sucesivo, si cualquiera de los anteriores me trata de enganchar, sin importar si es mi cuate, amigo, compadre, vecino, hermano, pariente lejano, socio, amigo o incluso mi padre confesor… No entraré en conflicto. Simplemente daré la media vuelta y sin mediar palabra me iré a otro lugar, ya que a mis 43 años recién cumplidos, he aprendido que uno no puede compartir sus grandes sueños con gente de mente chiquita ya que no encajará y tampoco puede uno permitir ser contaminado por gente que se nutre de lo malo que a uno deja.

A esa gente, es momento de sacarlos de nuestras vidas… O al menos yo, de la mía.

¡Feliz navidad a todos!

José Eugenio Urioste Palomeque

The Yucatan Times